Thursday, June 26, 2014

"LA NUEVA GUERRA DE IRAK", Ángel Guerra Cabrera

 
 
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"La nueva guerra de Irak
Ángel Guerra Cabrera
La interminable y multidimensional guerra de Estados Unidos por controlar los hidrocarburos, otros recursos naturales estratégicos y los fondos financieros de otros países lo ha conducido a utilizar prácticas de una ferocidad y ausencia de escrúpulos sin límites.
El cinismo con que lleva a cabo sus políticas de terror de Estado en nombre de la democracia, los derechos humanos o las guerras contra el terrorismo y el narcotráfico no tienen precedente. Ha implantado una tiranía mundial que pisotea las normas del derecho internacional establecidas desde la Paz de Westfalia(1649) y vulnera sin contemplaciones los principios legales emanados de la Carta Magna (1215), todos ellos articulados en su Constitución.
Con esta guerra, Washington trata también de acosar y cercar militar y económicamente a una China que lo desplaza como primera potencia económica mundial, y a Rusia, cuya alianza con la primera crea un formidable polo de poder económico y militar, reforzado por la cooperación con los otros Brics.
A la vez, persigue liquidar la lucha de los pueblos y los estados que no se subordinan a sus dictados y defienden su independencia y soberanía. En Medio Oriente, salvo Siria, ya ha destruido literalmente a todos los estados independientes. Ello da una medida del peligro que se cierne sobre los países de América Latina y el Caribe agrupados en la Alba, la Unasur y el Mercosur e impulsores de un esfuerzo de unidad latino-caribeña como el Celac, que produce pesadilla en Washington. Aunque en Venezuela, por su liderazgo latinoamericano y sus incomparables reservas de hidrocarburos, la internacional de las derechas concentra esfuerzos descomunales para derrocar su gobierno legítimo ningún país escapa en nuestra región a los planes de reconquista o recolonización de Washington.
Pero sea en la ex Yugoslavia, Afganistán, Venezuela, Argentina, Ucrania, Libia, Siria –y ahora, de repente, nuevamente en Irak–, la impudicia e hipocresía de esta política exigen a los pulpos mediáticos justificarla a sus audiencias cautivas con narrativas fantasiosas, sin lugar en el tiempo ni en el espacio reales. Inventan o reciclan nuevos membretes en cuestión de horas: terroristas, la soledad de los estudiantes venezolanos, los expertos económicos sobre Argentina, o los abnegados luchadores por la democracia en la plaza Maidán, o el caso de intercambiables comodines, un día nobilísimos y admirables rebeldes en Siria, y al siguiente bestiales y sanguinarios yihadistas en Irak. Goebbels moriría de envidia.
¿Cómo se explica que una banda de fundamentalistas islámicos conquiste en horas una tercera parte de Irak sin apenas resistencia por las fuerzas del gobierno? Nadie más indicado para responderlo que Estados Unidos, creador de esta legión internacional de lunáticos y mercenarios entrenados por la CIA y otros servicios occidentales, y armados con un río de dólares sauditas, cataríes y turcos para destruir al Estado sirio y, por consiguiente, golpear duro a Irán, y eliminar a las Fuerzas Patrióticas Libanesas agrupadas en torno a Hezbolá. Se suponía que Washington había organizado con tanto esmero al ejército y la seguridad iraquíes que ya estaban listas, según Obama, para asegurar la paz y la estabilidad del país.
Es evidente que a los hombres del llamado Estado Islámico de Irak y Levante se han unido otras fuerzas sunitas dentro de ese país, no necesariamente fundamentalistas. Entre otras razones, por el hartazgo con la escandalosa corrupción y la política sectaria del gobierno chiita de Nuri Maliki.
De la misma manera que pueden haberlo hecho muchos entre los miles de combatientes del ejército de Sadam Hussein y de funcionarios baasistas mandados masivamente al desempleo por los yanquis tan pronto inició la ocupación, también agraviados por el sectarismo religioso.
Pero fue Estados Unidos el que aplicó la carta sectaria desde el comienzo de la intervención para su plan de desmembramiento de Irak y Medio Oriente según fronteras confesionales. Como la corrupción. Hay muchos miles de millones de dólares para la reconstrucción de Irak cuyo paradero aún desconocen los auditores del gobierno federal. Súmese la repartición entre los amigotes de los jugosos contratos donde cientos de compañías, como la Hallyburton, de Dick Cheney, hicieron su agosto... sin reconstruir nada.
Los gobiernos patriotas y fuerzas populares de América Latina deben mirarse en el espejo de Medio Oriente, unirse como la plata en las raíces de los Andes y endurecer sus puños.
Twitter: @aguerraguerra "
 
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"Bajo la Lupa
¿Malvinas jurídico-financieras contra Argentina para frenar a los BRICS?
Alfredo Jalife-Rahme
Foto
Residentes de Buenos Aires participan en una protesta contra los fondos buitres frente a la embajada de Estados Unidos, ayerFoto Xinhua
Desde finales de 2012 Argentina sufre una embestida brutal que equivale a unas Malvinas jurídico-financieras de la dupla anglosajona de Wall Street/la City (http://www.jornada.unam.mx/2012/11/25/opinion/016o1pol) y que llegó a su asombroso epílogo con la sentencia de la Suprema Corte de Justicia (sic) de Estados Unidos que concede razón –como era de esperarse, cuando los países valetudinarios dependen de los veredictos de las superpotencias– a los fondos buitres encabezados por el controvertido Paul Elliott Singer (muy cercano a Israel), mandamás del hedge fund (fondo de cobertura de riesgo) Elliott Management/NML Capital, en alianza con su anterior empleado Mark Brodsky (alias Terminator), hoy director de Aurelius Capital Management, cuyo abogado es Edward Friedman, del influyente bufete Friedman Kaplan Seiler & Adelman.
Eliott Management y Aurelius, con su poderosa cohorte de bufetes de abogados, pertenecen a la misma cofradía de los fondos buitres que entrelazan poderosos intereses jurídico-financieros y son temidos hasta en la misma plaza de la City a la que han aterrorizado con su canibalismo financierista (http://www.independent.co.uk/news/business/news/coop-members-finding-out-the-harsh-reality-of-mutual-banking-8897589.html).
Elliot cuenta entre sus inversionistas a Mitt Romney, fallido candidato presidencial del Partido Republicano.
Que la Suprema Corte de Justicia de Estados Unidos hubiera condenado a sus caníbales banqueros habría equivalido a que Gran Bretaña hubiese renegado de su pirata estrella sir (sic) Francis Drake, que tantos beneficios proporcionó a la reina Isabel I en contra de España.
Elliott Management/NML y Aurelius Capital Management representan solamente uno por ciento (¡supersic!) del adeudo total, y ahora se despacharán con la cuchara grande gracias al selectivo leonino judicial de la Suprema Corte.
Hace 14 años Argentina incurrió en impago de sus adeudos debido a su grave crisis económica, y 93 por ciento de los acreedores aceptaron un rembolso parcial en 2005 y 2010 al condonar las dos terceras partes de su valor anterior a la crisis, mientras el restante 7 por ciento (15 mil millones de dólares) se pronunciaron en contra de la restructuración de la deuda.
La presidenta Cristina Fernández declaró reactivamente que no podía admitir la extorsión de la sentencia de la Suprema Corte, que gratifica a los especuladores financieros con el propósito de forzar la previa restructuración de la deuda que puede llevar al colapso como un castillo de naipes.
La presidenta definió correctamente lo que está en juego cuando la Suprema Corte de Estados Unidos defiende una forma de dominio global de los derivados financieros que buscan arrodillar a los países.
Cuando había emprendido su normalización financiera mediante su reciente acuerdo con el acreedor Club de París, se le complica el mundo financierista a Argentina, que busca inversiones para la polémica explotación de su shale gas (esquisto/lutita/pizarra/grisú) –la segunda reserva global– en Neuquén con ExxonMobil, la cual tomó el lugar de Repsol, que descolgó una razonable liquidación posterior a su nacionalización.
De inmediato, la chantajista calificadora S&P, uno de los brazos armados de Estados Unidos, degradó la calidad de crédito soberano de Argentina, mientras la bolsa argentina cayó mas de 6 por ciento (¿ligero aviso de la famiglia bursátil israelí-anglosajona?) después de que el jefe de gabinete Jorge Capitanich afirmó que no enviaría una delegación a Estados Unidos a negociar con los tenedores de bonos por mil 300 millones de dólares de deuda.
La presidenta ha sido obligada a retroceder y el Día de la Bandera solicitó condiciones justas para cumplir sus adeudos, por lo que enviaría a sus abogados a negociar con el polémico juez estadunidense Thomas Griesa.
Sin caer en incumplimiento de pagos, el problema es muy serio para Argentina, que debe desembolsar 15 mil millones de dólares (que incluyen los mil 300 millones de dólares del triunfo judicial de los fondos buitres) –otros cálculos consideran que el pago asciende a 7 mil millones de dólares– cuando sus reservas han disminuido a 28 mil millones de dólares.
Desde hace casi dos años inquirí: ¿Están preparados los mandatarios de Sudamérica para confrontar la guerra financiera multifactorial que ya empezó contra Argentina?, cuando “detrás del asalto financierista ‘buitre’ contra Argentina se encuentra cercar a Brasil, su primer socio geoeconómico sudamericano”.
Lamentablemente Latinoamérica, en general, y Sudamérica, en particular, todavía son muy vulnerables al control financiero israelí-anglosajón de la City y Wall Street, de cuyas argollas no se han podido liberar.
La sentencia de la Suprema Corte de Estados Unidos se genera coincidentemente a un mes exacto (¡supersic!) de la trascendental sexta cumbre de los BRICS en Fortaleza (Brasil) del 14 al 16 de julio, cuando –dentro de la ascendente agrupación hexapartita– el Foro Trilateral IBSA (India, Brasil y Sudáfrica) promueve la candidatura de Argentina como miembro a carta cabal, a lo que se han mostrado reticentes Rusia y China, quizá por motivos de cronograma táctico cuando arden muchos frentes en Eurasia.
Cabe destacar que después de la cumbre de los BRICS, tanto el zar geoenergético global, el presidente ruso Vlady Putin, como el mandarín Xi Jingpin –quienes se han mostrado muy prudentes en no violentar las exequias de la fenecida doctrina Monroe, que ha aceptado hasta el mismo secretario de Estado John Kerry–, acudirán a una visita oficial a Buenos Aires, quizá para explicar a la presidenta Cristina Fernández los motivos de la postergación de su membresía, que comporta, a mi juicio, varias jugadas multivectoriales de transcendencia geoestratégica: desde el reclamo de las Malvinas, pasando por el control de la Antártida, hasta los resguardos alimentarios de la Patagonia.
El portal The BRICS Post (11/6/14) exulta que por fin será lanzado el esperado Nuevo Banco de Desarrollo (NBD, por sus siglas en inglés) –coloquialmente bautizado como banco BRICS–, que competirá con el Banco Mundial, controlado por Estados Unidos.
Desde la quinta cumbre en Durban (Sudáfrica), los BRICS habían aprobado un fondo de 100 mil millones de dólares para enfrentar la guerra de divisas y ahora cuentan con promover un acuerdo de reservas de contingencia (CRA, por sus siglas en inglés) por 100 mil millones de dólares como medida precautoria ante el tsunami financiero global en ciernes.
La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, se sacó un as bajo la manga al invitar en forma paralela a líderes de Sudamérica –cuya identidad no ha sido expuesta– a una congregación con los BRICS en Brasilia.
Desde hace cuatro meses The Economist (http://www.economist.com/news/leaders/21596515-there-are-lessons-many-governments-one-countrys-100-years-decline-parable ) –controlado por Black Rock, el superlativo banco de inversiones del mundo, cuyo mandamás es el israelí-estadunidense Larry Fink– tenía su espada desenvainada contra Argentina, la cual fue convertida en espada de Damocles por la sentencia de la Suprema Corte de Estados Unidos a un mes exacto de la sexta cumbre de los BRICS.
¡Se desató la batalla por el destino de Argentina, jaloneada entre el G-7 y los BRICS!
Twitter: @AlfredoJalife_
Facebook: AlfredoJalife
 
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"Bajo la Lupa
Balcanización del petróleo y oleoductos de Irak
Alfredo Jalife-Rahme
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Hombres intentan apagar el fuego tras un supuesto ataque aéreo de fuerzas leales al presidente sirio Bashar Assad, en Maaret al-Numan, el domingo 22Foto Reuters
Al mismo grupo sunita Estado Islámico de Irak y el Levante” (Isil), que significa Daesh en árabe, Estados Unidos lo apoya (¡supersic!) con el fin de derrocar al presidente sirio Bashar Assad (de la secta alawita, una excrecencia del chiísmo), y lo combate (¡supersic!) simultáneamente para defender en apariencia al atribulado gobierno de su aliado chiíta árabe Nuri Maliki.
La teocracia chiíta de Irán (que no son árabes, sino persas arios) no exhibe las mismas contradicciones flagrantes de Estados Unidos, ya que apoya tanto al presidente sirio alawita Bashar como al primer ministro chiíta iraquí Maliki.
Daesh no se pierde ni se confunde con la semiótica nebulosa que ha creado deliberadamente Estados Unidos.
Este país cumplió la misma contradicción, que llegó a ser triple, con Osama bin Laden, cuya familia fue aliada del nepotismo dinástico de los Bush (“Osama El Bueno y Osama El Malo”, Bajo la Lupa, 6/7/02; y La enésima muerte teatral de Bin Laden y su geopolítica, mientras era combatido (sic) puntualmente en Afganistán/Pakistán (Afg/Pak) y apoyado (sic) selectivamente con los sunitas europeos de Kosovo en la Yugoslavia hoy balcanizada.
Lo menos confuso y contradictorio es la nueva cartografía del petróleo y el recorrido y la desembocadura de sus oleoductos en los tres pedazos de la antigua Mesopotamia, hoy en delicuescencia.
Isil/Daesh no padece ninguna confusión geográfica: ha derrumbado la frontera de Irak con Siria, donde gracias a sus impresionantes triunfos militares opera libremente a los dos lados de la transfrontera y ha expandido su irredentismo hasta los límites convencionales de Irak con Jordania, Arabia Saudita y Turquía, mientras reactiva la comunidad sunita de Líbano y deja desconectados al Hezbolá libanés y al régimen sirio con su matriz chiíta de Irán.
Scarlett Haddad, analista del periódico franco-libanés L’Orient-Le Jour (24/6/14), considera que Arabia Saudita no podía quedarse de brazos cruzados frente a la creciente influencia del Irán chiíta en una región globalmente sunita.
Desde el año pasado los sunitas de Daesh –que cuentan con 2 mil 500 millones de dólares y 10 mil milicianos, muchos provenientes de Chechenia– controlaban ya los pozos petroleros en la parte oriental de Siria (frontera con Irak) a lo largo del río Éufrates desde Al-Raqqa, pasando por Deir-ez-Zor hasta Abu-Kamal, además de los yacimientos de Hassaka, cerca de la frontera de Turquía.
El primer envío del petróleo de Kirkuk controlado por los sunitas kurdos no árabes ha sido a Israel, pasando por territorio sunita turco, lo cual (en)marca la balcanización del petróleo y los oleoductos de Irak entre sunitas de Daesh, kurdos sunitas no árabes y chiítas árabes.
Thierry Meyssan, director del portal galo Réseau Voltaire (23/6/14), sugiere que “el alza del barril a 115 dólares en pocos días (similar a la cotización de septiembre de 2013) ha sido abultada, ya que la captura de la refinería de Baiji (cerca de Tikrit, donde nació el sunita Saddam Hussein) ha detenido la producción destinada solamente al consumo local, por lo que no puede imputarse a la producción iraquí, sino al desorden que la invasión ha provocado en las entregas, pero que no debe prolongarse, ya que los mercados disponen de excedentes.
Thierry Meyssan pregunta: ¿Cómo pueden los terroristas (sic) vender petróleo en un mercado tan controlado por Washington?, y recuerda que en marzo de 2014 los separatistas libios de Bengasi no lograron vender el petróleo que había caído en su poder, además de que “la marina de guerra de Estados Unidos interceptó al tanquero Morning Glory y lo obligó regresar a Libia”.
El periodista francés emite un veredicto crudo: Jubhat al-Nusra (oposición islámica de Siria) y su anterior aliado Isil/Daesh logran vender petróleo en el mercado internacional porque Washington lo permite para favorecer a las trasnacionales anglosajonas.
Sucede que el petróleo robado (sic) en Siria por el Jubhat al-Nusra es vendido por ExxonMobil (la compañía de los Rockefeller que reina en Qatar), mientras que el petróleo robado (sic) por ISIS se comercializa gracias a las conexiones de Estados Unidos. ¡Otra vez las hazañas de ExxonMobil: insuperable emperador de las trasnacionales anglosajonas!
Thierry Meyssan rememora que “durante la guerra contra Libia, la OTAN autorizó a Qatar (o sea, a ExxonMobil) a vender el petróleo de los ‘territorios liberados’ por Al Qaeda”.
A su juicio, “los actuales combates –al igual que todos los que sacudieron al Medio Oriente a lo largo del siglo XX– son una guerra entre trasnacionales petroleras”, mientras que el avance de Isil/Daesh en Irak pone bajo su control “los dos principales oleoductos: uno que llega a la región siria de Banias y abastece a Siria, y otro que transporta el crudo al puerto turco de Ceyhan.
Según Thierry Meyssan, el oleoducto kurdo fue construido por el gobierno pro israelí del Kurdistán iraquí, que lo utiliza para exportar el petróleo que acaba de robarse (sic) de Kirkuk.
Sostiene que “la ofensiva de Isil esta(ba) coordinada con la del Kurdistán para dividir a Irak en tres estados más pequeños, conforme a lo previsto en el mapa del Medio Oriente ampliado y ya trazado en 2001 por el Estado Mayor de Estados Unidos, mapa y desmembramiento de Irak que el ejército de Estados Unidos no logró imponer en 2003, a pesar de haber sido aprobados en 2007 por su Congreso a iniciativa del senador Joe Biden” (nota: hoy vicepresidente).
En efecto, Joe Biden y Leslie Gelb –presidente emérito del Consejo de Relaciones Exteriores (CFR, por sus siglas en inglés)– se basaron desde hace ocho años en el modelo de balcanización de Bosnia para conseguir la descentralización (sic) de Irak para cada grupo etno-religioso: los kurdos sunitas no árabes, los sunitas árabes y los chiítas árabes.
Thierry Meyssan aduce que la posible división de Irak en tres territorios tendrá obligadas repercusiones en el mercado internacional del petróleo, ya que ante el avance de ISIS, todas las trasnacionales petroleras redujeron su personal en Irak. Pero unas lo han reducido más que otras, como es el caso de BP, Royal Dutch Sell (que cuenta entre sus empleados al jequeMoaz al-Khatib, geólogo ex presidente de la Coalición Nacional Siria), Turkiye Petrolleri Anonim Ortakligi (TPAO), y de las compañías chinas (Petro China, Sinopec y CNOOC).
El director de Réseau Voltaire considera que los perdedores son los británicos, los turcos y, sobre todo, los chinos, quienes ya se habían convertido en los primeros clientes de Irak, mientras los ganadores son Estados Unidos, Israel y Arabia Saudita.
Falta ver el revire de Irán y los posicionamientos de otras potencias regionales y globales cuando el canciller ruso Sergei Lavrov pernoctaba extrañamente en Arabia Saudita mientras su homólogo John Kerry visitaba Egipto, Bagdad y Erbil (la capital kurda de Irak) y el rey saudita Abdalá era besado en la frente por el presidente egipcio Sisi en El Cairo.
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