El subcomandante Galeano conversa con niños y
jóvenesFoto Víctor Camacho
En San Cristóbal de las CasasFoto Víctor
Camacho
El irlandés John Holloway (izquierda), sociólogo y filósofo
del marxismo autónomo, participó en el seminario El pensamiento crítico frente a
la hidra capitalistaFoto Víctor Camacho
Cada movimiento emancipador actuará a su modo, desechando
recetas
Necesario, redefinir palabras como libertad, justicia y
democracia
Existe una guerra mundial no convencional hecha de muchas
guerras
La política de la zanahoria y el garrote contra Rusia, el gran
fracaso
La enorme contribución de creencias y religiones a la emancipación
de nuestra América es uno de los grandes legados que tenemos y al que se añadió
–entre luchas contra las oligarquías y los imperios, la fuerza de un liberalismo
radical, que más que una ideología es parte esencial de nuestra cultura, tan
viva hoy en la lucha por la libertad como en la nueva y enredada lucha de clases
y contra el imperialismo.
La creación de espacios laicos en plazas, escuelas y universidades dio a la
lucha por la Independencia y la libertad armas notables que se renovaron por
pensadores, políticos y revolucionarios del más alto nivel. Muchos de ellos
desde el siglo XIX han enriquecido nuestras revoluciones con los más variados
combates y pensamientos. En todos estos sobresalen, con valiosas aportaciones,
los zapatistas y sus sucesores en México y La Lacandona, así como los
descendientes de Túpac Amaru y otros movimientos indios de América del Sur, que
desde hace más de 500 años no han dejado de combatir por sus tierras y sus
ideas, y a los que el movimiento boliviano, con Evo Morales y Álvaro García
Linera, enriquecen con planteamientos de una democracia y un socialismo
pluriétnicos.
A esa variedad de luchas se añaden otras más que siguiendo la vía pacífica de
la Unidad Popular y de Salvador Allende en Chile, dan hoy primordial importancia
a que del ejército salgan quienes apoyen a su pueblo con férrea lealtad y
profundo compromiso moral e ideológico. El general cristiano y revolucionario
Hugo Chávez, diestro en la teoría, la política y las armas, añadió a la memoria
y la imaginación creadora de los movimientos anteriores la contribución
insistente de que el socialismo será obra del pueblo o no será, y al mismo
tiempo reformuló los planteamientos bolivarianos que enriquecen a la Revolución
Latinoamericana y que contribuyen a unir en un proyecto común, contra las
intervenciones extranjeras, a todos los dirigentes de América Latina –tengan la
ideología y la posición política que tengan– para que se unan en la defensa de
sus integrantes, a fin de que, como un solo bloque, actúen en un mundo dominado
por bloques. Al mismo tiempo que Chávez planteó ese proyecto continental y por
un mundo en que impere la paz, en su país se propuso emprender una clara lucha
por la democracia, la independencia y el socialismo. Chávez se sumó así a
quienes en América Latina han hecho importantes contribuciones a la emancipación
y la vida humana, desde Cuba, Chile, el Sureste Mexicano, Bolivia y Ecuador.
La originalidad de esas contribuciones, y el hecho de que América Latina haya
sido calificada como la región de avanzada mundial en los nuevos planteamientos
por la emancipación, nos induce a pensar en términos locales y universales, sin
esperar a que éstos nos vengan de Heidelberg o París como originales a copiar, y
sin olvidar que cada movimiento emancipador actuará a su modo, desechando
recetas que supuestamente se deben aplicar en todo tiempo y lugar, pero
aprovechando conceptos derivados de las más variadas experiencias, y que se
repiten aquí y ahora, y aun en esas más concretas hay que ver cómo se comportan
en las circunstancias en que cada movimiento actúa.
Con este ánimo tenemos hoy que redefinir claramente el mundo que queremos
para que se vea que no estamos hablando por hablar. Tenemos que redefinir y
materializar palabras como libertad, justicia y democracia, de las que muchas
veces se ha perdido la atención, la memoria y la práctica de su significado
verbal y actual. Redefinirlas y materializarlas es parte de una tarea universal,
pues en un momento de crisis mundial de las ideologías, como el que vivimos,
nosotros mismos usamos esas palabras sin ver cómo las hemos redefinido y cómo
las hemos materializado.
Estoy seguro de que ningún mensaje es más urgente y necesario que plantear la
preservación de la vida en la Tierra, la emancipación del ser humano, y la
organización local, regional y global de colectividades y colectivos de jóvenes,
de pueblos, de trabajadores, de campesinos, de profesionales, que honren su
palabra, articulen su voluntad y materialicen su experiencia, dominen su
información, y su forma de dialogar y acordar con serenidad y firmeza para
defender efectivamente la libertad y la vida.
No quiero extenderme mucho. Me limitaré a definiciones que tengan que ver con
la lucha actual, real y material.
* * *
Empezaré por la palabra democracia, que es la más vinculada al qué
hacer y cómo hacerlo, la más instrumental. Por democracia entendemos que las
grandes decisiones las tome el pueblo, y que en última instancia sea
comportamiento obligado que el pueblo diga qué hacer o qué medida tomar, y que
en las decisiones de riesgo se diga antes de la decisión ¿cuál medida se debe
tomar y qué riesgos es preferible asumir?
Para que no se quede en palabras reconocer que corresponde al pueblo eso que
llaman soberanía, hoy podemos combinar las técnicas más antiguas de la
democracia directa, en localidades o empresas donde todo mundo se conoce, con
las nuevas técnicas de la comunicación, información, organización. Con unas y
otras podemos enfrentar los problemas a resolver, pero ya sin contraponer como
un todo abstracto las organizaciones horizontales y las verticales, sino viendo
qué tipo de organizaciones pueden permitirnos el logro más eficiente de nuestros
proyectos emancipadores.
En terrenos como los órganos de defensa, y muchos de gobierno y
administración, en especial los de servicios especializados como la salud, la
construcción urbana o de presas y caminos, y otros servicios de gobierno, de
defensa y educación, podemos combinar las organizaciones de tareas jerárquicas
con organizaciones de tareas coordinadas y, al mismo tiempo, podemos promover
las organizaciones de comunidades y sistemas de comunidades, de cooperativas y
sistemas de cooperativas, aisladas o relacionadas entre sí.
En la organización de la vida, y de la democracia, a los flujos de
información se añadirán los de bienes y servicios. Y en toda esta organización
de organizaciones, las vanguardias y los especialistas tomarán muy en cuenta las
experiencias pedagógicas del aprender a aprender, las que nos vienen de Paulo
Freire entre muchos otros, y en que para la defensa y el gobierno de regiones y
naciones enteras por ellas mismas, ha destacado la revolución cubana, lo que le
ha permitido resistir más de 50 años de bloqueo imperialista, y mantenerse como
estrella solitaria, tras la dramática caída del campo socialista. Semejante
poder de la pequeña isla de Cuba sólo puede explicarse si está uno abierto a
entender que en la gran lucha por
el mundo moral
y combativo, Cuba
construyó y materializó una nueva categoría, la del Estado-Pueblo, o
Pueblo-Estado.
A esas experiencias se añade en forma, no menos creadora, la que por la
autonomía, la libertad, la justicia y la democracia emprendieron el Ejército
Zapatista de Liberación Nacional y los descendientes de los pueblos mayas, que
hoy nos convocan, y cuyas aportaciones al diálogo político, al
aprender a
aprender
del discurso que combina narrativas, reflexiones, razón e
imaginación, se añade una estrecha unión o fusión entre actos y palabras, entre
palabras-cosas-creaciones
, caminos todos que han sido y son objeto de
admiración mundial, en especial por la juventud. Todos ellos también explican la
capacidad de resistir asedios y embates más de 20 años.
* * *
En cuanto al esbozo combativo de la libertad, debo decir que en la
libertad veo entre los muchos sentidos que tiene el que destaca moral y
política, así como el de quienes no temen conocer la verdad sobre el mundo en
que vivimos ni las mejores formas de enfrentar los problemas por poderosos y
agresivos que sean los intereses que amenazan… “Para conocer… –nos dijo un
miembro de la Junta de Buen Gobierno de una comunidad de la Selva– lo primero
que tenemos que hacer es perder el miedo”. Jamás había oído expresar de manera
tan clara esa teoría del conocimiento ni exponer un problema que atañe a pueblos
y letrados, sobre todo ahora en que la moral se ha ido a la guerra. Y aquí
empiezo a hablar de la moral de la integridad, de la que cuida quien tiene una
conducta intachable. Y más ahora que el enemigo, entre modelos y escenarios
formalizados, virtuales y reales, usa la clásica política de la zanahoria y
el garrote
.
Un hombre íntegro, intachable está al amparo de los chantajes y presiones del
enemigo a quien se vendió…
Al que se vende le recuerda quien lo compró:
Remember, you are my man
.
(“Nomás acuérdate que ya te compré y de lo que puedo decir y hacer decir de
ti…”)
El vendido vive bajo la amenaza de que den a conocer sus manchas y tachas
quienes lo compraron, y hasta de ser condenado por los jueces, si no obedece en
todo lo que le exige, aunque sea más y más.
Si la libertad se da en los orígenes del pensar, decir y hacer, la libertad
se enriquece con la batalla de quien ni se vendió ni se rindió.
* * *
Acerca de la justicia es importante recordar que estamos luchando
tanto por la justicia personal como por la social. Nada menos que por una y
otra, construidas desde abajo y por los de abajo, y con vanguardias que aprenden
al enseñar y enseñan al aprender, y que hacen del discurso político un discurso
pedagógico, y de su enseñar un enseñar con el ejemplo de su conducta.
El que la justicia sea con todos y para todos implica no quedarse en la
defensa de los propios derechos e intereses. Ha de recordar lo que dijo Martí:
Patria es humanidad
. Ni yo, ni los míos, ni individualismo, ni
clientelismo, ni tribalismo antiguo o moderno.
La lucha por la justicia a personas y colectividades replantea los derechos
humanos en serio, y no como mero bla-bla-bla. Quien lucha por la justicia de
todos y cada uno tiene que estar consciente de que en esta guerra que vivimos, a
la campaña que nuestros enemigos hacen para que predomine el individualismo y el
consumismo –que tanto les sirve para su política de corrupción con represión, y
de zanahoria con garrote– la lucha por la justicia tiene que plantearse como una
política que se propone dar término a la sociedad de consumo, a la producción de
lujo y de basura y que, al mismo tiempo respeta, como política, las grandes
obras de arte de nuestros antepasados, sean arqueológicas o históricas,
artísticas, científicas o folclóricas.
Pero entre nuestras prioridades morales y materiales está dar trabajo y con
qué trabajar a los despojados, a los excluidos, a los marginados, a los
desregulados, a los inmigrantes y trabajadores informales, sin papeles, a los
sin techo, sin pan o tortilla, y en este continente, a los pueblos originarios
que todavía sufren las lastras del colonialismo material y mental, así como a
los descendientes de los esclavos africanos, que con las injusticias sufren la
discriminación de ser africanos.
* * *
Para lograr esas metas forzosamente tenemos que plantear la
organización de la vida en torno a los valores de la libertad, la justicia y la
democracia materializadas, frente a la falsa y mutilada cantinela de los
derechos humanos
pisoteados por los que hoy dominan de arriba abajo con
sus corporaciones y complejos, sus estados, gobiernos y mercados, todos al
servicio de la acumulación de su poder, utilidades y riquezas.
La solución de tamaños problemas no se dará por un camino corto ni
acostumbrado, más bien obedecerá a una guerra que ya se declaró, como puede
comprobarse en todas partes, y en que se combinan como armas principales la
corrupción, la represión, y, cuando es el caso, la negociación. Digo que ya se
declaró una guerra mundial no convencional que realmente es guerra, que es
mundial, y que se está librando en nuestro país y en todos los países del mundo,
sin decir que ya se declaró y que ya lleva tiempo de llevarse a cabo.
El ex rector de la UNAM Pablo González Casanova –en imagen
de archivo– envió su texto al seminario del EZLNFoto
Cristina Rodríguez
Si no la vemos, si no nos percatamos de que existe es porque se trata de una
guerra hecha de muchas guerras, y unas se dice que son contra el terrorismo y
entre terroristas, otras que de sus atrocidades sólo son culpables los
musulmanes –que hoy representan lo que para Hitler fueron los judíos–, otras que
son de sectas de musulmanes en que combaten sunitas contra chiítas, otras entre
unas bandas de narcotraficantes por el extenso dominio de los mercados y así
sucesivamente, todas con motivos variados según el tipo de luchas que pueden
distraer la atención de la verdadera lucha de la guerra de recolonización del
mundo, que de paso encubre los magníficos negocios que con ellas hacen complejos
y corporaciones con la venta billonaria de aviones, barcos de guerra, armas de
largo y corto alcance, municiones y aprovisionamientos de toda especie, incluso
humanitarios
, así como con inmensos préstamos impagables que ya ni
siquiera para el desarrollo desequilibrado sirven, a cuyas colosales ganancias
se añaden los despojos de los deudores que se quedan sin ciudad, sin casa, sin
tierras, agua, servicios elementales, hospitales, escuelas, médicos y medicinas,
vida, con millones de ellos debilitados por hambrunas, pandemias, virus
genéticamente modificados como el ébola, entre otros.
Los países metropolitanos, sede de corporaciones y complejos –
civilizados
y cristianos
–, desde sus comandos de guerra y mira, juegan con sus
computadoras en el diseño de esta guerra de crueldades y confusiones que creen
poder ganar, con muy pocas bajas de sus fuerzas –y ninguna en las más altas y
cercanas.
A los muchos recursos económicos que la guerra les reporta ponen toda su
atención y ninguna a los sufrimientos que provocan. Son presidentes, gerentes,
gobiernos y comandos eficaces y eficientes que maximizan su poder y utilidades,
ya sea en esas formas indirectas y confusas, ya con guerras y medidas abiertas
que ponen al orden del día lo que Harvey ha llamado
economía por
desposesión
y que en realidad es
economía por despojo
, abierto y
encubierto, formal e informal, directo y subrogado, con ejércitos de línea y con
bandas criminales y sádicas debidamente entrenadas, todas al servicio consciente
o inconsciente de complejos y corporaciones que sacan billones y billones de los
pobres de la tierra y de los recursos de la Tierra...
* * *
¿A qué seguir? A palabras necias oídos sordos. O como decía aquel
presidente norteamericano: They say, ¿what do they say? ¡Let them say!
(Dicen, ¿qué dicen? ¡Qué digan!
). Es cierto; más que agotar nuestra
atención con críticas a los señores del poder y del dinero
, tenemos que
preguntarnos cuáles son las salidas posibles de este infierno, y cómo podemos
hacer posible lo que ahora parece imposible a nivel mundial y en la mayoría de
las naciones: construir y crear la libertad, la justicia y la democracia.
La guerra mundial actual no sólo es la que llaman los expertos una guerra de
espectro completo, es decir, no sólo se lleva a cabo en el terreno militar, sino
en el económico, el político, el ideológico, el informático, el social y
cultural –en todos se da la guerra–, pero como si no bastara, la guerra también
combina el mundo espectacular y el mundo real, las fuerzas mercenarias de viejo
y nuevo tipo con los ejércitos de línea, los escenarios de
guerra de
distracción
con los de guerra realmente existente de los opresores contra
los oprimidos, de los explotadores contra los explotados.
Para el renovado engaño se usan las computadoras con escenarios de
guerra
virtual
y de
guerra real
, de guerras de dominación y acumulación y de
guerras a modo
…
Es cierto, en medio de tanta pericia que hasta asusta, los neoliberales de la
globalización no pueden impedir un enorme fracaso: nada menos que no pueden,
como querían, ser una gran potencia unipolar, y en los hechos, el Gran Fracaso
se manifiesta cuando quieren usar
la política de la zanahoria y el
garrote
contra el antiguo imperio ruso, durante un tiempo integrado en la
Unión Soviética, y en el que esa política no funciona. En la crisis de Ucrania
con su presidente nazi, apoyado por el Bloque Occidental, Rusia no abandona sino
abiertamente apoya, en lo político y en lo militar, a la gran población rusa que
allí vive, y que ha sido golpeada por el nazi y sus aliados.
Tras todos los castigos de Occidente, Rusia les recuerda, por si lo
olvidaron, que es una colosal potencia nuclear, absolutamente temible, y cuyas
clases dirigentes muestran la decisión de mantener con sus posesiones el poder
que les da, el inmenso bloque a que cada vez se suman otras naciones, que a más
de disponer de armas nucleares y sistemas de lanzamiento altamente temibles y
eficaces, cuentan con el poder de sus propias corporaciones y complejos en que a
la cultura del manejo empresarial añaden la del manejo estatal. (Y aquí hablo en
términos puramente coyunturales y tácticos).
En todo caso, semejante descalabro del proyecto unipolar –que Immanuel
Wallerstein anunció– no le quita al Bloque Occidental su inmensa prepotencia ni
su gran ceguera. Hasta hoy parece incapaz de ver la lucha que no puede ganar.
Está como ofuscado frente a una crisis que ninguno de los dos bloques puede
superar… Y esta tesis, lejos de corresponder a falta de conocimientos o
meros
deseos
, está plenamente comprobada en una
sociedad del
desconocimiento
como la del Bloque Occidental, que dispone de conocimientos
notables de que tan orgullosa está, y con fundada razón, mientras al mismo
tiempo no quiere ver, ni deja ver los que sin la menor duda implican su
condición terminal.
* * *
Voy a enunciar el problema científico más importante en toda la
historia pasada y actual, y a terminar con unas observaciones y una
pregunta.
Mis observaciones:
1ª. Si esta guerra se está llevando a cabo entre confrontaciones y
negociaciones, el objeto de unas y otras es cambiar la correlación de fuerzas en
relación con el estado inicial de las fuerzas de dominación y las fuerzas
rebeldes, para nosotros emancipadoras. Por todo eso, en el terreno de las
negociaciones, la guerra se perderá si la colusión, cooptación y corrupción
ganan en ellas.
2ª. La guerra se está librando entre el Bloque Occidental y el Bloque
Oriental. La guerra se perderá si los del Bloque Occidental logran derrocar a
Putin y en su lugar –como un nuevo acuerdo de clase global– dejan que las
fuerzas dominantes de Rusia coloquen a un representante de las corporaciones
rusas.
3ª. Si la guerra entre bloques se detiene por un acuerdo globalizador, a muy
poco tiempo y aunque se repartan el mundo como se lo repartan, tarde o temprano
tendrá que renacer y aumentar la competencia mundial entre uno y otro bloques en
necesaria lucha por los mercados y los recursos naturales, lucha que por lo
demás ya está ocurriendo.
4ª. Con la alianza de los bloques de complejos y corporaciones seguirá
desenfrenadamente la destrucción de la tierra y de sus recursos subterráneos y
de la superficie terrestre: marinos, forestales, agrícolas, acuáticos, y de la
capa atmosférica que envuelve a la Tierra. Indefectiblemente se probará que la
maximización de utilidades y riquezas destruirá la biosfera, es decir, todo lo
que hay de vida en la Tierra. Afirmación que nada tiene de catastrofista y que
está científicamente comprobada por cientos de científicos del más alto
nivel.
5ª. Dado el clima creciente de tensiones y ambiciones dominantes, patológicas
y venales, con fomento organizado, subsidiado y entrenado de odios colectivos y
de innumerables crueldades, la
destrucción mutua asegurada
que hace años
fue doctrina militar oficial es más vigente que nunca. Corresponde a una tesis
plenamente válida con el tipo de armamento actual y con los numerosos países que
disponen del mismo, que no sólo son muchos, sino están inmersos en la cultura
del odio…
6ª. Necesario y perfectamente posible es comprobar que las ciencias de los
sistemas autorregulados y complejos que se manejan para entender y activar al
sistema capitalista tienen una gran fiabilidad y exactitud en el estudio e
impulso de numerosos problemas, pero que son totalmente incapaces de entender
los problemas científicos prohibidos por quienes los contratan y mandan, y si
los entienden, los grandes estadistas y exitosos banqueros y gerentes de los
complejos militares-empresariales
, los “
decision Makers”, es
decir, quienes toman las decisiones dominantes y soberanas, son totalmente
incapaces de aplicarlos.
7ª. Como no solamente vemos que existen claros indicios de la crisis del
capitalismo y también de la crisis de la vida humana, y que muchos de ellos o
están prohibidos, o son perseguidos, o son desatendidos, o no pueden ser
atendidos, consideramos necesario que para enfrentar con la mayor seriedad y
libertad científica la defensa de la vida humana y de la vida en la Tierra deben
analizar el perfil de una guerra como la actual que se da en varios campos, al
mismo tiempo o sucesivamente.
Mirando la historia reciente de las guerras que por todo el mundo y en todos
los terrenos y niveles se dan, advertimos no sólo cómo han sido, sino cómo serán
las luchas y guerras futuras, formales e informales, con fuerzas armadas de
línea y muchas otras subrogadas.
Todas o casi todas las guerras han ocurrido y van a ocurrir entre
represiones, corrupciones y negociaciones, y como lo más probable es que así
sigan ocurriendo es muy importante tener conciencia de que tras las dos
realidades confrontadas se encuentran dos teorías. Realidades y teorías tienen
un carácter histórico y variaciones en la geografía y en la organización de las
partes considerables, pero entre variaciones hay fenómenos que muestran
repetirse una y otra vez.
Las dos teorías en guerra son entre: UNA: La que corresponde a la teoría
crítica y al marxismo clásico que destacan la lucha de clases, es decir, la
lucha entre los explotadores y los explotados, entre los opresores y los
oprimidos… que es la lucha por la libertad, por la justicia, por la democracia,
por la autonomía y por la vida. FRENTE A ELLA SE ENCUENTRA: La lucha global
neoliberal y neoconservadora, cuyo
atractor
principal es la maximización
de utilidades, poder y riquezas y que para lograr sus metas emplea múltiples
recursos, entre los que destacan los que rompen el interés general y de la clase
que busca liberarse. Fomentando en sus miembros el individualismo con el
yo
frente al
nosotros
, con
el nosotros
frente a
los
muchos
, excluyendo a los que sufren la explotación y la opresión como
trabajadores informales, como pueblos y países despojados de sus tierras
cultivables, de sus energéticos, de la producción de sus alimentos, del agua de
sus manantiales, sus ríos y sus lagos…
Tal es la guerra que se ha dado y que se va a dar entre represiones, entre
corrupciones y entre negociaciones. Y en las tres formas de guerra, de igual
importancia será mantener y fortalecer la moral personal y la moral colectiva,
la moral de lucha y la moral de cooperación y de compartición, la moral de
servicio público en la defensa, y en la producción, y la moral en el respeto a
las personas y sus diferencias…
Oventic, 6 de mayo de 2015
(*) Ponencia presentada en el seminario El pensamiento crítico frente a la
hidra capitalista, organizado por el EZLN"
http://www.jornada.unam.mx/2015/05/09/opinion/002a3pol