Wednesday, May 7, 2014

¡JURISTAS DEL ORBE: UNÍOS...! EN MÉXICO: LA SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN EXPRESA PROFUNDA PREOCUPACIÓN, AL IGUAL QUE LA CIDH, BARACK H. OBAMA, JR., ET AL, POR MUERTE AGONIZANTE DE CLAYTON LOCKETT EN SALA DE EJECUCIÓN DE ESTADOS UNIDOS...



NUEVAMENTE, LA HUMANIDAD OSCILA ENTRE LO MÁS Y LO NO MENOS IMPORTANTE, Y PRIORITARIO...

¡Juristas del orbe: uníos...!
 
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"Retweeted by
La CIDH expresa profunda preocupación por muerte agonizante de Clayton Lockett en sala de ejecución en Estados Unidos:
 


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2:29 PM - 7 May 2014 · Details

2:53 PM - 7 May 2014 · Details

2:58 PM - 7 May 2014 · Details

3:26 PM - 7 May 2014 · Details
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"CIDH PIDE A EU SUSPENSIÓN DE EJECUCIONES TRAS APLICACIÓN DE NUEVA SUBSTANCIA"


4:59 PM - 5 May 2014 · Details

https://www.youtube.com/watch?v=W-FuQzEJQFU
 
Do not forget that Our Mother Earth and the biodiversity lato sensu are also suffering through the fracking's activities, and its harmful chemical substances...

https://www.youtube.com/watch?v=qo7fh4vZmDY
 
2:08 PM - 6 May 2014 · Details
 
2:20 PM - 6 May 2014 · Details
 
2:27 PM - 6 May 2014 · Details
 
https://www.youtube.com/watch?v=_OuYLGHkrBk  
  

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"CALIFORNIA SUPREME COURT DECLINES TO HEAR APPEAL BY MICHAEL JACKSON'S DOCTOR CONRAD MURRAY..."

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"CALIFORNIA CITY BECOMES FIRST TO VOTE TO BAN FRACKING"

 
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"Bajo la Lupa
Congreso de EU devela las sustancias químicas cancerígenas y contaminantes del fracking
Alfredo Jalife-Rahme
Foto
Protesta contra el fracking ante el Parlamento rumano, en Bucarest, el mes pasadoFoto Reuters
 
Todo el complejo industrial petrolero/gasero de Estados Unidos se ha volcado en una colosal promoción publicitaria sobre los supuestos efectos benéficos del fracking, susceptible de convertir a ese país en la nueva Arabia Saudita energética del siglo XXI.
La reciente publicación bimestral de Foreign Affairs (mayo/junio 2014), portavoz del muy influyente Consejo de Relaciones Exteriores (CFR, por sus siglas en inglés), adopta sin tapujos al polémico fracking como la nueva arma letal energética/geoestratégica de Estados Unidos.
La crítica al tóxico fracking –fracturación hidráulica para extraer grandes cantidades de shale gas (esquisto/lutitas/grisú/pizarra) con inyección masiva de agua y de sustancias químicas secretas– ha provenido primordialmente del sector científico (geólogos, sismólogos, químicos, etcétera), la cual ha quedado confinada al ámbito académico de sus insignes publicaciones, desde la revista Science hasta Proceedings of the National Academy of Sciences , que pecan por carecer de una adecuada difusión en los multimedia controlados por los plutocráticos intereses petroleros/gaseros de Estados Unidos.
La crítica al ominoso fracking ha abarcado la producción de sismos –que niega absurdamente la entreguista Comisión Nacional (sic) de Hidrocarburos del “México neoliberal itamita” controlado por Estados Unidos–, el agotamiento y la contaminación del agua (en medio de la peor sequía de Estados Unidos en los recientes 100 años) y la exacerbación del calentamiento global por la masiva emisión de metano.
Sólo falta(ba) la identificación de la secreta centena de sustancias químicas inyectadas con el agua.
Con un retardo de tres años permea desde la cúpula del Congreso de Estados Unidos el primer reporte sobre un inventario nacional de sustancias químicas usadas por las empresas del fracking.
El punto nodal del desconocimiento de la identidad de las misteriosas sustancias químicas del fracking fue elucidado por un reporte del Comité de Energía y Comercio del Partido Demócrata en la Cámara de Representantes de Estados Unidos.
El comité de marras coloca en la picota la “seguridad (¡supersic!) del fracking”, combinada con el secreto (¡supersic!) sobre las sustancias químicas usadas con los fluidos: “entre 2005 y 2009, las 14 principales empresas de fracking de Estados Unidos usaron más de 2 mil 500 productos que contenían 750 compuestos, de los cuales más de 650 contenían químicos conocidos como carcinógenos (¡supersic!) humanos o enlistados como peligrosos contaminantes de la atmósfera”.
¿Cómo ha de estar la ominosa situación ahora, cinco años después?
El comité fustiga que gran parte de las sustancias químicas pueden ocasionar un riesgo severo a la salud de los humanos o al medio ambiente.
Las trasnacionales petroleras/gaseras como Halliburton y Schlumberger usan productos del fracking que contienen 29 sustancias químicas con tres características: 1) son conocidas como carcinógenos humanos; 2) están reguladas bajo la Enmienda del Agua Potable Segura (SDWA, por sus siglas en inglés) debido a sus riesgos a la salud humana, y 3) están enlistadas como contaminantes de la atmósfera bajo la Enmienda del Aire Puro.
Resulta que en el referido lapso las empresas del fracking usaron 95 productos que contienen 13 diferentes carcinógenos, que incluyen naftaleno, benceno y acrilamida.
Las empresas usaron el mayor volumen de fluidos conteniendo uno o más carcinógenos en Texas, Colorado y Oklahoma.
Tanto Texas como Nuevo México son fronteras con el “México neoliberal itamita”, que ha adoptado al fracking sin miramientos a la salud pública de los ciudadanos de Tamaulipas, Nuevo León, Coahuila, Chihuahua y Sonora, ante la pusilanimidad de sus anodinos gobernadores, secuestrados por el presupuesto federal.
La amplia mayoría de las sustancias químicas supuestamente reguladas por SDWA fueron compuestos conocidos como BTEX: benceno, tolueno, xileno y etilbenceno.
Según el Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos, la Agencia Internacional para Investigación del Cáncer y la Agencia de Protección (sic) Ambiental (EPA, por sus siglas en inglés), el benceno es un carcinógeno humano, mientras que la exposición crónica (sic) al tolueno, etilbenceno o xilenos puede también dañar el sistema nervioso central, el hígado y los riñones. ¡Uf!
Las trasnacionales del fracking inyectaron más de 30 millones de galones de combustible diésel o fluidos de fracturación hidráulica que contienen combustible diésel en los yacimientos de 19 estados, cuando en su reporte de 2004 la EPA había sentenciado que “el uso de combustible diésel en los líquidos del fracking constituye la mayor (¡supersic!) amenaza a las fuentes subterráneas de agua potable”, ya que contiene constituyentes tóxicos que incluyen los componentes BTEX.
En el mismo lapso se usaron 595 productos conteniendo 24 diferentes contaminantes de la atmósfera, en los que resaltan el fluoruro de hidrógeno, el plomo y el metanol.
El fluoruro de hidrógeno es altamente corrosivo y es un veneno (sic) sistémico que puede llegar a ser fatal.
El plomo es un metal pesado particularmente dañino al desarrollo neurológico de los niños; además, puede ocasionar problemas de salud en los adultos, que incluyen problemas reproductivos, hipertensión y trastornos nerviosos.
El tóxico metanol es un contaminante de la atmósfera que “ha aparecido más frecuentemente en los productos del fracking”.
Una aberración radica en que “varios componentes químicos de los líquidos de fracking usados por las empresas” fueron listados como secretos comerciales o de propiedad.
Por cierto, el comité de marras solicitó a las trasnacionales del fracking la divulgación y transparencia de sus productos para informar sobre su propiedad/secreto comercial y salieron con una excusa pueril al “carecer de la información de la propiedad de los productos por haber sido comprados ‘fuera de los estantes’ de los proveedores”. Sin comentarios.
Los congresistas dedujeron que “parecía que las empresas del fracking inyectan líquidos que contienen sustancias químicas desconocidas (¡supersic!) de las cuales pudieran tener conocimiento limitado (¡supersic!) sobre los riesgos potenciales a la salud humana y al medio ambiente”. ¿Gozan de patente neoliberal de corso texano?
El perturbador reporte resulta paradójicamente didáctico para los aprendices de brujo, como el “México neoliberal itamita”, que desean experimentar el espejismo de la seudo revolución energética del siglo XXI fraguada por la polémica extracción del shale gas –a mi juicio, una vulgar burbuja financierista de Wall Street–, que atenta contra la biosfera: el espacio donde cohabitan todos los seres vivientes de la creación.
Hasta aquí cualquier país interesado en la salud pública de sus ciudadanos hubiera detenido el tóxico fracking, en espera de sopesar integralmente su costo-beneficio. En bioética, esta actitud prudente es avalada por el principio de precaución.
Twitter: @AlfredoJalife
Facebook: AlfredoJalife"
 
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http://news.yahoo.com/oklahoma-court-agrees-6-month-stay-execution-194313066.html

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"¡NO!, ¡NO! DEFINITIVO Y PARA SIEMPRE A LA PENA DE MUERTE.
Jueves 04 de Diciembre de 2008 00:00

Cuauhtémoc Cárdenas

En todos los medios de información se resalta la noticia de las iniciativas del Partido Verde Ecologista de México y del Gobierno y Congreso de Coahuila para restablecer la pena de muerte en nuestra legislación, en el caso de delincuentes sentenciados por el delito de secuestro y asesinato del o los secuestrados.

Es cierto, más que justo y explicable el temor y la preocupación generalizados, así como la fuerte indignación de la sociedad por la expansión de este tipo de delitos –y de muchos otros más- a lo largo y ancho del país y la impotencia de las autoridades y de la propia sociedad para frenar esta expansión, abatir la delincuencia y restablecer una seguridad real, que así sea reconocida y sentida por todos.

Las propuestas del Partido Verde y del Ejecutivo y el Legislativo de Coahuila son muestras evidentes, por una parte, de la impotencia de la autoridad en general y del régimen político-social, también en general, para combatir e imponerse a la delincuencia, pero son muestra también de esos cuerpos y personas de reconocerse y admitirse incapaces, incompetentes, impotentes, carentes de imaginación, carentes sobre todo de compromiso humano y con la vida y definitivamente derrotados en la lucha contra la delincuencia y el crimen.

Restablecer la pena de muerte, así sea en el caso de un delito tan bárbaro como el secuestro acompañado de asesinato, sería retroceder a las épocas más obscuras de la humanidad y a la negación de todo pensamiento lúcido, además de que, en el caso de nuestro país, significaría que todos los mexicanos nos reconociéramos vencidos, humillados y dominados ya por la delincuencia, representaría el reconocimiento de nuestra derrota ante el mundo y, desde luego, un muy grave retroceso constitucional.

En 2005 se prohibió, de manera definitiva, mediante reforma al artículo 22 de nuestra Constitución, la pena de muerte.

El 28 de junio del 2007 el titular del Ejecutivo firmó la adhesión de México al Protocolo a la Convención Americana sobre derechos humanos relativo a la abolición de la pena de muerte, que en su preámbulo establece que toda persona tiene el derecho inalienable a que se le respete su vida sin que este derecho pueda ser suspendido por ninguna causa y (quiero pensar que se hace esta consideración para que lo pensemos dos veces, y pensémoslo nosotros, como mexicanos, sólo en función de la calidad de impartición de justicia con la que desafortunadamente contamos en nuestro país) que la aplicación de la pena de muerte produce consecuencias irreparables que impiden subsanar el error judicial y eliminar toda posibilidad de enmienda y rehabilitación del procesado. En el artículo 1 de este Protocolo se dice que los Estados partes en el presente Protocolo no aplicarán en su territorio la pena de muerte a ninguna persona sometida a su jurisdicción y en el 2 que no se permitirá ninguna reserva al propio Protocolo.

Por ningún motivo debe caminarse hacia atrás en nuestro país en esta materia. Sería vergonzoso que cualquier autoridad lo hiciera. Sería vergonzoso e indignante que el Congreso reformara la ley fundamental y atropellara además nuestros acuerdos internacionales.

El crecimiento y el desbordamiento de la delincuencia –secuestros, asesinatos, narcodelitos, etc.- guardan una relación directa con, y tienen entre sus causas profundas los incrementos también de la corrupción en la administración y en su contraparte privada, la bajísima calidad de la justicia, la creciente desigualdad social, la pérdida y escasez de empleos, el estancamiento económico, la baja calidad de la educación, la falta de acceso a la atención de la salud y a la seguridad social, acentuados en más de un cuarto de siglo de régimen entreguista, elitista y neoliberal.

Enfrentar el delito es tarea irrenunciable de toda autoridad responsable, pero no sólo de ella y no sólo de sus cuerpos que cumplen tareas policíacas. Éstos deben sanearse, capacitarse y dotarse de los elementos necesarios para librar una lucha efectiva y eficaz en contra de todo tipo de delincuencia, pero esa lucha debiera derivar de un plan que fijara objetivos, acciones concretas y tiempos de ejecución, que involucrara a gobiernos municipales, estatales y federal, a los tres Poderes federales y estatales, a los sistemas educativo, de salud y de seguridad social, a la política internacional, a los medios de información y asignara tareas específicas también a los grupos organizados o a organizar de la sociedad. Un plan bien concebido, bien estructurado, debidamente coordinado en su ejecución, seguimiento y evaluación de cumplimiento, en el que cada quien –instituciones, organizaciones e individuos- tuviera algo qué hacer y supiera cómo hacerlo.

Combatir directamente a los delincuentes es sin duda asunto de policías, pero ese combate que debe ser también de la sociedad y que la sociedad sana está desesperada por llevar a cabo, debe librarse convocando a la propia sociedad y creando las condiciones para que surjan la oportunidades de empleo, atacando en sus raíces las causas de la pobreza, generando crecimiento económico, educando, curando, llevando la cultura a la gente del campo y la ciudad, incorporando los avances de la ciencia y la tecnología a las estructuras productivas.

Admitiéndonos derrotados, frente a un altísimo porcentaje de los delitos que ni siquiera se denuncian y menos se castigan, con un sistema de procuración e impartición de justicia que debe empezar por comprometerse a su propio saneamiento, inmovilizando a autoridades por creer que la dureza y el aumento de las penas han sido en alguna época eficaces para detener la delincuencia, lo que está demostrado no ha sucedido en México ni en ninguna parte del mundo, con una sociedad que se inmovilizara pensando que una pena más dura la salvará de sufrir los efectos del delito, sería lo peor que pudiera hacerse. Restablecer la pena de muerte sólo sería una vergüenza más de México y los mexicanos ante el mundo y ante nosotros mismos."
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